El periodo entre el siglo XI y principios del siglo XIII se conoce por la regeneración de la espiritualidad cristiana.
El arte románico está considerado el primer arte unificador de Europa occidental desde la caída del Imperio Romano.
De entonces, datan obras de carpintería y de escultura en madera: cofres, armarios, arcas, bancos decorados con pinturas.
Los monarcas y terratenientes medievales llevaban una vida nómada. Por esta razón, el mobiliario era, o enormemente sólido y pesado para poderlo dejar en su sitio cuando se abandonaba temporalmente una vivienda, o bien fácil de transportar.
Como consecuencia del espíritu nómada de la época (conquistas, invasiones, peregrinaciones, etc.), muchos muebles de los se construían eran desmontables para facilitar su rápido transporte.
El mobiliario románico fijo habla de piezas fuertes y pesadas, macizas, con una decoración a base de flora y de fauna o de figuras fantásticas. Como siempre, la madera (pino, nogal, roble y castaño) es el material imprescindible y característico del mobiliario.
En la época más primitiva de la civilización germánica se encuentran arcas construidas vaciando un tronco de árbol. Pero la forma más elegante de arca es aquella con tapa convexa sostenida en patas altas la cual se deriva de los sarcófagos de la antigüedad.
Especialmente de la época románica, han llegado muebles de asiento de contextos rurales en cuyo armazón, brazos y respaldo entra exclusivamente la madera torneada.
La tosca ejecución de estos muebles, sus pesados montajes y sus tapas macizas denotan el sentido artístico burdo y rígido que caracteriza al estilo románico en arquitectura. En la parte anterior suelen llevar talla en bajo relieve con motivos principalmente de roseta. Otras son ricamente guarnecidas con aplicaciones de hierro.
La rudeza de su estructura y la tosquedad de los materiales empleados viene atenuada por el frecuente uso de almohadones y telas que las recubrían por completo en la mayoría de los casos (reminiscencias bizantinas).
Las tallas constituyen, en el mueble religioso el motivo de decoración más profusamente empleado. Al efectuarse la talla sobre gruesos tablones permite un relieve profundo, abundando los motivos geométricos y vegetales derivados de la escuela bizantina.
Sillas:
Las sillas son escasas, las mas habituales son las torneadas, con respaldos que se entrelazan con arquerías de medio punto, tallados y policromados.
Sitiales y faldistorios:
Son asientos de honor para la nobleza y la iglesia, tienen forma de tijera y están decorados con influencia morisca, usando los tallados y la policromía, se construyen generalmente en pino y en nogal.
Mesas:
Las mesas no tienen el menor valor artístico en la edad media, se trata de tablones soportados sobre caballetes reforzados con herrajes, se adornan gracias a las telas y los tapices.
Existen mesas octogonales y circulares, que están soportadas por un pie o columna.
Camas:
Las camas tienen las cuatro patas torneadas y los cabezales muy altos, terminados ligeramente en curva y a veces policromado, siempre estaban cubiertos con tela y tapicerías. Para acceder a la cama con mayor comodidad se colocaba en un extremo unos escalones.
Arcas:
El arca de la edad media comenzó inspirándose en los sarcófagos griegos y romanos, al principio eran muy toscas aunque con el tiempo fueron mejorando.
Una de las características principales del arca en estas fechas es que tiene la tapa casi siempre plana, aunque a veces acaban en forma de tejado. Están elevadas del suelo con zapatas horizontales, pies torneados o faldón.
Las patas no formaban parte de la propia estructura del arca, sino que eran piezas añadidas. Las uniones entre los tableros se realizan en forma de colas de milano. Estaban realizadas en madera y podían estar cubiertas de tela o de cuero.
El tamaño de las arcas pueden variar desde las pequeñas arquetas, con faldón o patas, hasta grandes arcones usados para guardar cereales, más altos que una persona.
El baúl era un arca más pequeña, no tiene un carácter rural.
El bargueño:
El bargueño es un mueble de carácter noble y oscila entre lo culto y lo campesino, ya por su tosca y sencilla elaboración y por la decoración que lo enriquece.
El bargueño es un mueble prismático con una puerta abatible en el frente y numerosos cajoncillos y gavetas. La decoración del bargueño puede ser tallada o dorada, tiene policromías o incrustaciones de hueso y madera (taracea) de origen puramente mudéjar.
El bargueño se colocaba siempre sobre otro mueble a modo de mesa con fijadores de hierro y llamado pie de puente. Otro soporte que en realidad forma parte del bargueño será el taquillón cerrado con puertas, sobre el que se coloca el bargueño propiamente dicho, ambos muebles tendrán la misma decoración.
Armarios y Alacenas:
Otros muebles para guardar son los que están conformados por estantes o baldas de forma escalonada. Pueden ser abiertos, como los plateros o vasares, o cerrados, con puertas y cajones, como las alacenas.
También en las casas pudientes se guardaban en estos muebles diversas cerámicas en grandes cantidades.
La construcción de estos muebles era extremadamente sencilla y se componía de dos tablas verticales unidas a un número diverso de baldas horizontales y unidas por pasadores de madera. También podía cerrarse la parte trasera con tablones.
Pese a la simplicidad inicial de este mueble, se pueden encontrar numerosas diferencias, ya sea en su construcción como en su decoración, muy recurrente en estos muebles sencillos. Existen ejemplares que tienen un tejadillo a dos aguas rematados por una cruz y con formas circulares en las partes superiores de las tablas laterales.
También se pueden encontrar ejemplares con repetición de formas geométricas, dependiendo de la decoración del mueble se puede identificar como procedente de una comarca concreta.
Las alacenas eran armarios que se usaban para guardar ropas y objetos litúrgicos y se comenzaron usando siempre en las iglesias, nunca en las casas seglares. Se usaba también para albergar la vajilla y la comida, de ahí que muchos de estos muebles tengan una rejilla de ventilación. Las vajillas tenían puertas con bisagras de hierro y uno o dos cajones.
Se elevaban del suelo mediante patas cuadradas o de sección torneada. No eran infrecuentes las alacenas empotradas en la pared.
En cuanto a la decoración podía estar en la rejilla, que podía ser una rejilla propiamente dicha, de origen mudéjar, como también podía estar hecha de barrotes torneados o abalaustrados, o incluso podía ser un calado de formas recortadas y simétricas.
Las puertas opacas, sin rejilla, podían ser lisas o tener decoración de forma rectilínea y geométrica. También podía tener tallas, pinturas y aditamentos, sobre todo en la parte superior Existen también un sinnúmero de muebles mixtos, como pueden ser alacenas con estantes abiertos, o plateros con puertecillas.
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