La revolución en las artes, que también afectó al diseño de muebles, marcó el paso de siglo. El estilo Sezession fue el precursor de dos importantes estilos del siglo XX: el Bauhaus alemán y el Art
Déco francés (Encarta, 1998).
En la silla tienen una gran influencia los adelantos técnicos y el empleo de nuevos materiales; a) la utilización de materiales metálicos, como el hierro, el acero y el aluminio; b) la aplicación de los plásticos, en plena evolución, no sólo como elementos estructurales, sino como revestimientos rígidos o elásticos, así como la goma, los nuevos sistemas de resortes, muelles o elementos neumáticos; c) el empleo de las maderas en tableros contrachapeados, aglomerados o de fibras; d) los tratamientos de secado, esterilización, impermeabilización, etc., de la madera, y la utilización de las maderas africanas y asiáticas; e) las técnicas nuevas de pinturas y barnices
impermeables y sus formas de aplicación.
Movimiento Bauhaus
“Arquitectos, escultores, pintores, ... debemos regresar al trabajo manual ... Establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos, libres de esa arrogancia que divide a las clases sociales y que busca erigir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas.“ Walter Gropius
La Bauhaus (del alemán “casa de la construcción”) fue la escuela de arte, artesanía, diseño y arquitectura fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar, Alemania, quizás, la más
influyente en el desarrollo del arte del siglo XX.
Aunque al principio se viera influenciado por las teorías del movimiento de De-Stijl, Gropius se
rige más por el trabajo práctico y su significado social.
Este centro de formación fue como un gran laboratorio donde arquitectos, artistas, artesanos y técnicos, colaboraron y realizaron un trabajo común en la construcción, las artes decorativas, los oficios de diferentes artesanías, y todo ello como una evolución y continuación de movimientos
anteriores como el austriaco Sezession y el inglés Arts & Crafts.
Asimismo, buscan en todos los ámbitos de las artes aplicadas los vínculos entre un diseño funcional y reducido y las necesidades del hombre en una época dominada por la industria y la técnica.
El mobiliario clásico contemporáneo, que todavía se sigue fabricando, fue diseñado por sus más
renombrados arquitectos, Marcel Breuer (n. 1902) y Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969).
Breuer diseñó su sillón Wassily de tubo de acero cromado y lona en 1925 y su copiada silla en
voladizo de tubo con asiento y respaldo de mimbre enmarcados en madera en 1928.
Mies diseñó su famosa silla Barcelona, una obra maestra formada por dos elegantes marcos curvados en forma de X, de tiras de acero cromadas que soporta cojines de cuero, en 1929. El objetivo de ambos arquitectos era concebir muebles estéticamente agradables para la producción
en serie.
La Bauhaus fue clausurada en 1933 por las autoridades de Alemania bajo el mandato del partido nazi, pero esto no supuso el fin de las ideas de la escuela, puesto que durante sus escasos catorce años de duración desarrolló una labor intensa que perduró mucho después y que
indiscutiblemente es la cuna de todo el diseño posterior del siglo XX.
El fenómeno de la socialización del mueble llega ahora a alcanzar su máximo interés, unido al desarrollo de las economías nacionales, porque las necesidades de las distintas clases sociales
tienen ya muchos puntos de contacto.
Movimiento Art Decó
El Art Déco surgió en la primera década del siglo XX, aunque su nombre proviene de la Exposición de Artes Decorativas de París en 1925, especialmente a partir de las formas geométricas nítidamente definidas del estilo Sezession. El interés de la Bauhaus por la utilización de nuevos materiales también tuvo su influencia. El estilo perduró hasta 1939 y experimentó un
resurgimiento e incluso imitación en las décadas de 1970 y 1980.
Los más destacados diseñadores de Art Déco fueron franceses: Louis Majorelle, André Groult,
Pierre Chareau y Jacques Émile Ruhlmann.
Sus piezas tienen una estilizada riqueza basada tanto en la extraordinaria manufactura (maderas raras con acabados brillantes y taraceas de materiales exóticos, como marfil, en diseños
abstractos y angulares) como en las audaces formas geométricas.
Sin embargo, el estilo se devaluó con mucha rapidez debido a versiones de baja calidad, a la
que daba lugar la producción en serie.
El estilo perduró hasta 1939 y entre los representantes más célebres de este movimiento destacan Charles-Edouard Jeanneret (1887-1965), más conocido Le Corbusier por el pseudónimo que adoptó para firmar sus publicaciones. Entre otros representantes tenemos Charlotte Perriand, René
Herbst y Eileen Gray.
Sus diseños de mobiliario basados en tubos de acero se caracterizan frecuentemente por el uso de
acolchados (marca de la Bauhaus).
Le Corbusier conoció a Walter Gropius y a Mies Van der Rohe mientras estuvo trabajando en el estudio del arquitecto alemán Peter Behrens durante 1910. Hoy en día estos tres están
considerados las figuras más importantes de la arquitectura moderna en Europa.
Mueble Escandinavo
El mobiliario Escandinavo, también conocido como Nórdico, toma especial relevancia hacia la segunda década del siglo XX por un acontecimiento que tiene lugar en Estados Unidos. Estamos hablando de la Feria Mundial de Nueva York de 1939, en la cual hubo una pequeña exposición
de muebles de procedencia finlandesa.
Estos muebles se caracterizaban, entre otras cosas, por ser de láminas de madera contrachapadas con secciones gruesas y resistentes, cuyas piezas solían ser continuas (como el asiento y el respaldo e incluso los reposabrazos). Se fabricaban en Finlandia y eran distribuidos por la firma Artek, y su diseñador era el arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), quien había explorado muy bien las ideas constructivas de la Bauhaus, pero que sustituyó el empleo de acero en las
estructuras por madera de abedul y álamo, típicas de su país.
Aalto consiguió importantes progresos en el ámbito de la modelación de la madera estratificada. Partiendo de una actitud fundamental racionalista, diseña muebles de madera estratificada
bidimensional cuyas formas orgánicas resultan ser muy progresistas.
Más adelante, el diseñador danés Arne Jacobsen (1902-1971), exponente claro del estilo nórdico al igual que Alvar Aalto, creó muebles de madera laminada de exquisitas proporciones y
particularmente aptos para la fabricación en serie.
Puede verse en sus diseños simples y sencillos cómo Jacobsen refleja la dilatada tradición escandinava del empleo y la manipulación de la madera en el mobiliario, hecho que cobra sentido si tenemos en cuenta que la madera era y es uno de los productos nacionales más
importantes en la mayoría de los países escandinavos.
Mueble Moderno
Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial la vida artística y cultural en Europa se vio prácticamente reducida a cenizas a mediados del siglo XX. La mayoría de los artistas, arquitectos y diseñadores están en el exilio, y los que no lo están no disponen de los medios necesarios para llevar a cabo su tarea. Europa no pasaba su mejor momento, y es en Estados Unidos donde
diseñadores y arquitectos consiguen plasmar sus ideas y realizarlas.
Durante la guerra, cuando la producción era tan reducida, la firma H.G. Knoll comenzó a producir los diseños de Jens Risom, un danés que aprendió el arte y el diseño de mobiliario escandinavo en Copenhague, y más tarde la firma contaría también con los trabajos del arquitecto estadounidense de origen finlandés Eero Saarinen (1910-1961) y del diseñador
italiano Harry Bertoia (1915-1978).
Otra firma de muebles muy importante de la época fue Herman Miller, dirigida por el arquitecto americano George Nelson. Uno de los mayores aciertos de Nelson fue incorporar a la firma los diseños del ahora archiconocido arquitecto y director de cine estadounidense Charles Eames (1907-1978), que junto con su esposa Ray Eames es responsable de numerosos diseños icónicos
de mobiliario del siglo XX convertidos ya en un clásico.
Eames logró el máximo reconocimiento tras su participación en un concurso organizado por el MoMa de Nueva York (Museo de Arte Moderno) en 1941, llamado “Organic Design in Home Furnishings” (Diseño Orgánico en el Interiorismo), donde ganó el primer premio con su diseño de silla que empleaba por primera vez en el asiento la madera estratificada conformada tridimensionalmente.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1948, el MoMa organizó otro concurso titulado “Low-cost Furniture Design”, que buscaba fomentar el diseño y la producción de mobiliario de bajo coste para adaptarse a la situación actual de la posguerra, época de crisis económica y escasez de material.
Una de las primeras sillas que se proyectaron con el asiento de plástico reforzado es otro diseño
de Eames, y que procede de este concurso.
Con el éxito de las firmas Knoll y Herman Miller, se experimenta un éxito gradual en el número de diseños de muebles modernos disponible en los Estados Unidos llegando a exportar sus piezas a Europa, particularmente Dinamarca e Italia llegando a ser ampliamente aceptados y el trabajo de
los diseñadores norteamericanos sigue una constante expansión.
Mueble Post-Moderno
Si el modernismo es visto como un estilo perteneciente a un periodo que comienza en los primeros
años del siglo XX, todo lo que siguiera a ese estilo, debe ser lógicamente llamado post-moderno.
En la práctica, el término ha sido relacionado a un desarrollo estilístico
Particularmente caracterizado por un alejamiento de la lógica del funcionalismo y la hacia una aceptación mas abierta que trate conscientemente los estilos y tradiciones ya existentes, en lugar
de perseguir de forma consecuente la innovación
En el Posmodernismo no es necesario crear nada nuevo, no es autoritario, no es necesario romper
con la tradición, y que las cosas creadas en el pasado pueden ser repetidas.
El mobiliario abandona los recursos del lenguaje minimalista del racionalismo, para llevar a cabo
un giro interesante hacia el ornamentismo y la recuperación de los valores artístico del diseño.
La apropiación y simulación de motivos historicistas es una de sus estrategias.
El diseñador deja de ser autor anónimo de aquello que enriquece la cualidad de vida del
individuo, para pasar al status de artista, al estrellato de los elegidos.
El “menos es mas” enunciado por Dieter Rams y atribuida a Mies Van der Rohe, es contestado por Robert Venturi “lo menos es aburrido”; la adhesión de la forma a la función explicada en la celebre frase de Sullivan “la forma sigue a la función”, se transforma en su inversión, “la función
sigue a la forma”.
Este aspecto ecléctico del diseño durante las últimas décadas del siglo XX no supone la restitución pragmática de ningún modelo pasado ni la supresión de los ideales y premisas del Movimiento Moderno, sino una nueva vía de actuación, que opta por combinar tradición y vanguardia, artesanía y alta tecnología, funcionalidad y artisticidad, estandarización y producción limitada,
comercialización y utopía, elegancia y desaliño, simplicidad y complejidad.
En 1980 apareció en Milán el grupo Memphis alrededor del polifacético Ettore Sottsass.
Desde el comienzo, una de las novedades de Memphis, como movimiento cultural integrado por arquitectos y diseñadores, fue su interés en colaborar con la producción industrial, considerándola
como uno de los más importantes elementos canalizadores y promotores de la cultura pública.
Memphis se caracteriza desde su nacimiento por la efervescencia de sus ideas e iniciativas, y
cuenta con gran éxito entre el público y la prensa especializada.
El trabajo del grupo de diseñadores de Memphis, cuenta con protagonistas como Ettore Sottsass y Michele De Lucchi, supone uno de los últimos intentos exitosos de establecer un concepto de
diseño predominante.
Mientras que Sottsass, con sus diseños de formas marcadas, es considerado desde los años cincuenta como uno de los diseñadores mundialmente importantes, Michele de Lucchi proviene del
movimiento radical del diseño de principios de los setenta.
Los muebles diseñados por Alessandro Mendini, llenos de referencias a un mundo plástico próximo, por ejemplo, a Kandinsky, por encima de la funcionalidad se persigue recrear la
capacidad que tienen las formas y los colores de producir relaciones de afecto.
Los diseñadores italianos no cesan de idear nuevas formas contra el agotamiento de la repetición; amplían el concepto del diseño cargándolo de información y comunicación, y adecuándolo a las modas y a los gustos, sin una pauta precisa, pero con una clara vocación de búsqueda agresiva
y radical.
Los diseñadores franceses más interesantes, Pascual Mourgue, Philippe Starck o Jean Nouvel, buscan inspiración en el minimalismo, la aerodinámica y el mundo del comic.
La tradición escandinava sigue la ruta de su aire simple y funcional, adecuado a la producción en pequeña escala, y ofrece conceptos de diseño imaginativos también en el campo de la
iluminación o la electrónica.
El diseño alemán combina elegancia e innovación tecnológica en productos con frecuencia
deudores aún del espíritu Bauhaus.
El panorama japonés está nominado por nombres de reconocimiento internacional como Shiro Kuramata, quien evoca las cualidades de la luz natural o artificial en la malla metálica de sus
butacas y sillas.
El carácter socializador del primer diseño industrial, desnaturalizado ya durante los años treinta bajo la presión del styling, pero asumiendo la realidad del diseño como actividad estratégica de ventas en la sociedad consumista, llega en los años ochenta a su momento más eufórico y
productivo.
La utilidad directa del diseño se desafía como dogma; aparecen sillas de formas escultóricas realizadas con materiales insólitos, tales como vidrio o cartón encolado, los muebles pueden transformase en objetos poéticos imposibles de clasificar o inspirarse alternativamente en los
lenguajes primitivistas y futuristas.
Mueble Deconstructivista
A finales de la década de 1980, el MoMA de Nueva York inauguró la exposición de arquitectura, llamada “Arquitectura Deconstructivista”, en la que se mostraban obras que revelaban
la Deconstrucción de la forma arquitectónica.
El Deconstructivismo desempeña, un papel opuesto a la racionalidad ordenada del modernismo y al postmodernismo. Los deconstructivistas adoptaron una postura de confrontación contra la arquitectura establecida y la historia de la arquitectura, mostrando su deseo de desarticular la arquitectura y algunos de los principios elementales de la estructura y la forma envolvente del edificio.
La apariencia visual final de los edificios de la escuela deconstructivista se caracteriza por ser
estimulantemente impredecible y un caos controlado.
Los principales arquitectos que representa este movimiento son Frank Gehry, Daniel Libeskind, Rem
Koolhaas, Peter Eisenman, Zaha Hadid, Coop Himmelblau y Bernard Tschumi.
Mientras que los posmodernistas volvieron a incluir las referencias históricas que el modernismo rechazaba, el deconstructivismo rechaza la aceptación postmoderna de estas referencias. También
rechaza la idea de ornamento como decoración.
En lugar de separar ornamento y función, como los posmodernistas, se cuestionaron los aspectos funcionales.
La geometría era a los deconstructivistas lo que el ornamento para los posmodernistas como Venturi, y esta complicación de la geometría se aplicó, finalmente, a los aspectos funcionales,
estructurales y espaciales de los edificios deconstructivistas.
Algunos los diseñadores de mobiliario más reconocidos de este periodo son Zaha Hadid, Frank
Gehry y Daniel Libeskind.
La arquitecta y diseñadora, Zaha Hadid, constantemente empuja los límites de la arquitectura y el diseño urbano. Ella trabaja experimentando con soltura espacial, de ampliar e intensificar los paisajes existentes en la búsqueda de una estética visionaria que abarca todos los campos del
diseño, desde la escala urbana hasta productos, interiores y muebles.
El arquitecto Frank O. Gehry, con un vocabulario y estilo únicos, crea la Easy Edges, construida en
cartón corrugado, de bajo costo, es una muestra de su desarrollo en materia de mobiliario.
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