Al inicio, el mueble de la Edad Media, desde el punto de vista artístico, no es todavía más que un objeto cuyo fin parece exclusivamente utilitario, tanto que muchas veces se resuelve con simples armaduras o esqueletos recubiertos de tapicerías según su destino pero en general, son pobres, modestos y desprovistos de interés artístico.
Manuscritos y algunos mosaicos datados entre los siglos V y IX apoyan la teoría de que, aunque se mantenía la influencia romana, los cambios en el gusto inspiraron a los artesanos a dar a los detalles una forma más abstracta y sencilla; así, los diseños planos reemplazaron al altorrelieve de la época romana.
El conservadurismo, una tendencia clara en la ilustración de manuscritos de la época, también se hacía evidente en el mobiliario.
El mueble en esta época es escaso debido a la movilidad de la nobleza, el mueble debe ser por tanto ligero, transportable y desmontable. Es por esta razón que los principales muebles fueron: el armario, el arca y el bargueño. La madera es el material más importante empleado en la construcción del mueble, pero el marfil fue un material muy usado para los muebles de gran importancia (tronos).
Al final de la época, algunos incluían materiales preciosos, decorados con joyas, con bellos cojines siempre cubiertos de ricas telas de seda, tapices y almohadones que proporciona un mullido a los muebles.
El mobiliario de la Edad Media pueden agruparse bajo los los siguientes estilos:
• El Mueble Bizantino
• El Mueble Románico
• El Mueble Gótico
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